Un cable de media tensión subterráneo es un tipo de cable eléctrico diseñado para transportar corriente eléctrica a niveles de tensión más elevados que los cables de baja tensión y se instala bajo tierra en conductos o canales especialmente diseñados. Estos cables se utilizan comúnmente en sistemas de distribución de energía eléctrica para alimentar áreas industriales, comerciales o comunidades más grandes. Aquí hay algunas características clave de los cables de media tensión subterráneos:
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Tensión nominal: Los cables de media tensión típicamente transportan electricidad a niveles de tensión que pueden variar desde alrededor de 5,000 voltios (5 kV) hasta varios miles de voltios, según la aplicación y los requisitos específicos.
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Aislamiento: Están recubiertos con materiales aislantes avanzados, como el polietileno reticulado (XLPE) o el cable de media tension subterraneo etileno propileno (EPR), que proporcionan una alta resistencia al estrés eléctrico y térmico.
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Blindaje: A menudo, estos cables están equipados con un blindaje metálico para protegerlos contra interferencias electromagnéticas y para mejorar la seguridad y la durabilidad.
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Conductores: Los cables de media tensión suelen estar construidos con conductores de cobre o aluminio, dependiendo de las necesidades específicas de la aplicación.
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Ductos subterráneos: Se instalan en conductos subterráneos diseñados para proteger los cables de daños mecánicos y factores ambientales, como la humedad y la corrosión.
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Uso industrial y comercial: Estos cables son ideales para alimentar plantas industriales, áreas comerciales y zonas urbanas densamente pobladas, donde se necesita una mayor capacidad de transporte de energía eléctrica.
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Fiabilidad: Los cables de media tensión subterráneos son preferibles en áreas donde la confiabilidad del suministro eléctrico es crucial, ya que están protegidos de las condiciones climáticas adversas y son menos susceptibles a interrupciones causadas por eventos externos.
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Menos pérdidas de energía: La transmisión de electricidad a niveles de tensión más altos generalmente implica menos pérdida de energía en comparación con la transmisión a baja tensión, lo que mejora la eficiencia del sistema de distribución.